Derribo forzado de casa histórica por ampliación de calle en Hueyapan
Cuernavaca, Mor., 24 de julio. El Consejo Municipal Indígena de Hueyapan, que encabeza Guillermina Maya Rendón, ordenó el derribo de una parte de casa y barda de Rosaura Celis Montero que tenía más de 50 años construida en este municipio que se rige por usos y costumbres, según para ampliar una calle y construir una banqueta.La casa de Rosaura es la número uno de la calle Libertad del barrio de San Felipe de la cabecera municipal de Hueyapan, sin que ésta estuviera de acuerdo, por lo que anunció que procederá legalmente contra este abuso de autoridad y de que violación de sus derechos humanos y de vivienda.El derribo de la barda y parte de su pared de su casa fue esta mañana, por lo que Rosaura Celis exigió al consejo municipal, al comité de obra municipal, que le reconstruyan de manera inmediata la pared de su casa y la barda que derribaron sin su consentimiento.El derribo de esta casa fue mediante una máquina retroexcavadora, una máquina especial que se encargó de cortar el techo de concreto de una parte de la casa, denunció Rosaura entrevistada vía telefónica.Narró que desde el pasado 7 de junio comenzó la edificación de la ampliación de esta calle Libertad, que lucía sin banqueta en este tramo por tratarse de un callejón; en una reunión anterior los del comité de obra, y consejeros municipales, le pidieron que retirara su barda y pared que obstruía dicha obra; pero ella les contestó que no tenía dinero por el momento para tirar parte de su casa y reconstruirla, por lo que pidió tiempo, un año mínimo; pero esto no fue respetado por los de la obra y ni por los concejales, ya que en una reunión posterior, la propia Guillermina la amenazó que “quisiera o no iban a tirar su casa” para que esa obra se hiciera.Desde que comenzó la obra Rosaura ha denunciado a los integrantes del concejo municipal ante la Comisión de Derechos Humanos de Morelos para que cesen el hostigamiento en su contra y las violaciones a sus derechos humanos. Pero estos no han cesado. Al grado que ahora le tiraron su casa. Y quedó ahora esta familia de Rosaura integrada por otros dos adultos y dos menores de edad a la intemperie.“Esta mañana comenzaron a tirar mi barda y pared de mi casa, y siento esa impotencia, porque creo que ella (Guillermina) está abusando de su poder en mi contra, y la verdad es que tengo miedo que vayan atentar contra mi vida por estas declaraciones, pero me tiraron mi casa; y yo no me oponía la ampliación de la calle, solo que ahorita en tiempos de lluvia yo no tengo dinero ni tiempo de hacer mi barda ni la pared de mi casa.Pero no escucharon mis peticiones y tiraron mi casa, según ellos por usos y costumbres, pero los usos y costumbres no son para pisotear a nadie más como lo hicieron conmigo”, se quejó Rosaura.Esta casa la heredó de sus padres, éstos de sus padres y así ha venido de varias generaciones atrás, afirmó.La mujer indígena de Hueyapan e integrante del comité inicial que buscó la creación del municipio indigena (2017), demandó al gobernador, Cuauhtémoc Blanco y al presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, para que intervengan y cese la violencia en este municipio que se rige por usos y costumbres.