Opina el obispo de Cuernavaca sobre los libros de texto gratuito.
Cuernavaca, Mor., 26 de agosto.
El obispo de la diocésis de Cuernavaca, Ramón Castro, opinó que los nuevos Libros de Texto Gratuito (LTG) violan el artículo tercero de la Constitución del país porque no tomaron en cuenta en su elaboración a los gobiernos estatales, y diversos actores involucrados con la educación, como padres de familia y expertos.
Las declaraciones del prelado las hizo mediante un video que subió a sus redes sociales la noche del viernes.
“La educación es un derecho humano y no debe de ser utilizada como instrumento de manipulación, de colonización ideológica, los principales problemas que presentan los nuevos libros de texto gratuito son: se violó la Constitución por no seguir el proceso que dicta el artículo tercero que señala que el ejecutivo federal para determinar los principios rectores y los objetivos de la educación inicial debe considerar la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de diversos actores sociales involucrados en la educación, tales como los padres de familia, asociaciones de maestros y expertos en los distintos temas”, aseguró.
Los nuevos libros de texto gratuito, de acuerdo con análisis de distintos especialistas, según Castro, no cumplen plenamente con el criterio de orientar la educación “en base a los resultados del progreso científico”; y “no en fanatismo”, “ni en prejuicios”.
“No se tomó en cuenta a los distintos actores de la educación comenzado por los padres de familia, tal como lo expresa la declaración universal de los derechos humanos de la ONU `los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a su hijos´”.
Castro subrayó que los contenidos de los nuevos libros de texto gratuito “no se han construido a partir de criterios pedagógicos y didácticos que garanticen el buen aprendizaje de nuestra infancia y juventud con enseñanza acorde a su edad y madurez”.
Ante esta situación invitó a las distintas partes involucradas en la educación, como el estado y los diferentes niveles de gobierno, así como las organizaciones magisteriales, e instituciones educativas y la sociedad civil organizada “a crear las condiciones propicias de diálogo y respeto, para alcanzar el fin superior de la educación”.
“Ante esta realidad que nos interpela sobre estos contenidos de evidente adoctrinamiento e ideologización de los nuevos libros de texto; resulta inevitable defender el derecho de toda familia, educar a sus hijos y esperar que la escuela sea un centro de formación en diversas disciplinas, a fin de que entre ambas instituciones, familia y escuela, logren generar personas de bien, con objetivos en la vida que construyan la sociedad que todos deseamos: pacífica y solidaria”, concluyó.